I Promise You Anarchy

Miguel and Johnny know each other since childhood. They are dedicated to skate and have fun. To earn easy money and continue skating, they sell their own blood to a clandestine contact in a hospital. The activity becomes business until a large transaction is not as they imagined.

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Reviews

  • ★★★½ review by Luis Enrique Rayas on Letterboxd

    Un par de anotaciones sobre Te prometo anarquía, que también podrían servir para enumerar las razones por las que mi amor por ella no podría ser objetivo:

    uno. Vinculación Masculina. Obviamente hay una muy especifica relación homoafectiva al centro; no necesariamente una historia de amor, eso podríamos discutirlo. Pero, me parece, si esa relación toma las dimensiones que personalmente interpreto en ella es porque está rodeada de breves momentos de vinculación masculina que, justamente, no están, vinculados a relaciones amorosas. Hernández Cordón presta atención a los vínculos entre los grupos de trabajadores con los que los personajes interactuan, de los viejitos boxeando a patinar en el mercado a llevar a Techno en patineta a utilizarlo como guitarra y cantar una del Tri, sus personajes se divierten, juegan, pero sobre todo se cuidan entre sí. Son comunidades, familias. Y ahí entra lo doloroso del secuestro. Cuando Miguel propone el negocio es claramente un momento de yo te ayudo, tu me ayudas, todos ganamos. Cuando el negocio no sale como se esperaba, la comunidad se desmorona. Posiblemente con la excepción del beso en la ventana, y eso también lo podríamos discutir, no volvemos a tener un momento en el que se pueda identificar confianza, mucho menos en el que un personaje se vincule con otro. Hay una perdida de inocencia, una perdida de confianza y posiblemente una perdida de ese tipo de casual vinculación masculina, al menos en la vida de Miguel.

    dos. Tomas sostenidas. Sí, el paseo por el mercado es padrísimo. Hernández Cordón eleva momentos de trivialidad a, bueno, belleza, mientras los personajes se mueven de lugar a lugar en sus patinetes. Pero sosteniendo sus tomas hace mucho más. Por ejemplo, nos da el tiempo para observar el mundo que rodea a los personajes, y más que eso, lo describe. Por ejemplo, cuando vemos a Miguel visitar a Juanito, no sabemos exactamente donde estamos, vemos a meseros preparar mesas, podría ser una salón de fiestas o un club nocturno. La cámara sigue a Miguel hasta que llega al escenario y nos damos cuenta el tipo de fiesta que se prepara. Quizá mi punto favorito sobre ese pedazo de información es el amateurismo de la coreografía que uno le ensaña al otro y la fascinación, también casual, de las personas viéndolos practicar. La descripción que extiende sostener la toma vuelve táctil el espacio y real el contexto. Algo similar sucede en la cancha cuando la cámara panea y nos muestra las mochilas con bocinas, informando que ese grupo de amigos jugando son también vendedores de discos, como Techno.

    tres. Espectadores. Ok, tal vez ya toqué este punto cuando me refería a la fascinación casual de las personas en el fondo viendo a los bailarines, pero me parece es necesario extenderlo a sus espacios públicos. La toma en el mercado lo tiene, vemos a la gente reaccionar ante la cámara y alcanzamos a ver una interacción muy natural: ven a la cámara, se dan cuenta que están grabando, y luego ven a los chicos patinar, lo que se está grabando. Mi favorita sin embargo es la toma en el metro con la canción del Tri. Desde el inicio tenemos a una persona que podemos ver a través de la ventana viendo hacia la cámara desde el vagón trasero. Es una mirada curiosa, la chica quiere ver que pasa. Luego la toma se llena con los personajes y su baile, lo que nos guía a otra persona. La señora sentada a un lado de ellos, riendo abiertamente a carcajadas. Es fácil, para mí, creer en este mundo porque no hay duda alguna, para mí, que la señora se la esta pasando bien con algo que tiene enfrente, sea o no una película.

  • ★★★★ review by ralch on Letterboxd

    A somewhat contemplative study bent by a morality twist, a bit Kiarostami, a bit Van Sant's Paranoid Park, but director Julio Hernández Cordón has made a film very much his own, with an assured hand in the orchestration. At first it all seems like a romanticized take on aimless, hedonist skater slackers, whose moments of recreation are framed by one monetary (or business) transaction after another, a reminder of the world we live in. But all that we've seen is cast a new light, a very dramatic one, after a certain plot point. The matter-of-fact approach by the director lets the impact simmer and permeate the subsequent scenes, as well as the overall appreciation of the film and the souls that populate it. The issue of class distinction plays a significant role and becomes more noticeable in the outcome, even if it's been there all along. Remarkable film.

  • ★★★★ review by Olevar on Letterboxd

    De las 10 en competencia oficial mexicana, para mí ésta fue la ganona. Lástima que no ganó mejor película en Morelia, pero ya se desquitó en el Festival de Los Cabos.

    Un par de adolescentes drogadictos y skaters pasan los días buscando dinero para subsistir, especialmente vendiendo sangre y consiguiendo “vacas”, personas que acceden también a vender sus sangre. Mientras más “vacas” consiguen los protagonistas, más comisión se llevan. El asunto es que si de por sí esto suena rudo, la cosa se va a poner muy fea cuando el narco empiece a interesarse en el negocio.

    Julio Hernández construye dos personajes muy interesantes y buena parte del peso de la película cae en la relación entre ellos. Uno tiene a su novia, pero esto no impide que también tenga una relación con su amigo. Y a partir de esto las cosas irán poniéndose más tensas y si el director en algún momento decide no explicar del todo qué es lo que pasa en algunas secuencias, esto se convierte en una opción tremenda por las muchas posibilidades que uno se imagina de cómo ocurrió todo. Yo salí bastante deprimido, y con toda mi depresión y angustia que me dejó esta película, me tocaba a continuación Son of Saul.

    Pero sí, convencido de que ésta era la que tenía que haber ganado de las mexicanas.

  • ★★★½ review by Edward on Letterboxd

    this is refreshing, i barely see latinamerican cinema (and yes i do feel bad about it) but i love seeing these kind of movies in here

  • ★★★½ review by Enfant du Siècle on Letterboxd

    Johnny y Miguel son dos jóvenes skaters inmersos en una relación tan confusa y caótica como el mundo en el que se desenvuelven. Johnny es de espíritu libre y despreocupado a pesar de su precaria situación; Miguel, más involucrado sentimentalmente, reacio acepta lo que parece destinado al fracaso. Juntos se involucran en un negocio de tráfico de sangre que desestabiliza su frágil romance.

    Una de las cosas loables por parte del director es la manera realista de mostrar una parte del día a día de una urbe contemporánea como la Ciudad de México sin caer en la miseria sensacionalista y manipuladora. La fotografía es de buen calibre, hay tomas largas muy bien armadas y las actuaciones de los protagonistas me parecieron correctas.

    Te Prometo Anarquía aborda una serie de temas por demás interesantes (de clase, sobre la juventud, sobre la homosexualidad y hasta el mercado negro de sangre); creo que de enfocarse de lleno en uno de ellos sería un trabajo mucho más sustancioso e interesante. Aún así me parece una buena cinta, aunque te deja con un resabio a desesperanza y desolación.

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